tag:blogger.com,1999:blog-23847342228527772782024-03-13T05:44:02.492-07:00La prosperidad reclusa«Los relatos de Orlando Mazeyra Guillén nos ofrecen personajes descarnados, irremediable e inútilmente insumisos respecto a una realidad de la que no pueden escapar: verdaderos outsiders del siglo XXI. Con un estilo seco, de frases intensas y composiciones vibrantes, el fresco cotidiano que nos presentan los cuentos reunidos en La prosperidad reclusa anuncian a un nuevo autor a tener en cuenta en las letras peruanas».
Jorge Eduardo BenavidesOrlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.comBlogger14125tag:blogger.com,1999:blog-2384734222852777278.post-86808872018624343032015-01-18T07:47:00.001-08:002015-01-18T07:47:45.270-08:00Golpiza iluminadora<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="http://2.bp.blogspot.com/-U5nwpJ2dhE0/VLvU-p_JiAI/AAAAAAAAE2E/kQz9KV4otq8/s1600/la_prosperidad_reclusa_2DA_EDICION.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-U5nwpJ2dhE0/VLvU-p_JiAI/AAAAAAAAE2E/kQz9KV4otq8/s1600/la_prosperidad_reclusa_2DA_EDICION.jpg" height="320" width="240" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Crítica de José Donayre sobre la primera edición</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
En ocasiones,
se tiene la impresión de que hay historias sinuosas que buscarían ser narradas
por escritores de cierto temple para resolver las situaciones límite que
—soterradamente— conllevan. Los relatos que Orlando Mazeyra ha reunido con el
título de <i>La prosperidad reclusa</i>
estarían hechos de esa materia tan peligrosa, más aun si esta se manipula en el
ámbito de la metaficción literaria, donde el autor corre el riesgo adicional de
entramparse en su proyección o diluirse en su propia elusión. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Pero Mazeyra,
además, insiste en lo escatológico, onírico y decadente. Estos intereses,
finalmente, aplicados en el entramado referido, crean una atmósfera ideal para
que el autor vierta sus preocupaciones y contradicciones estéticas, entre ellas,
la veracidad literaria: «La verdad es un mal necesario que nos ayuda a tratar
de entender lo que nos pasa» (p. 95). Así, el autor consigue maniobrar con
éxito sobre los andurriales de lo real-inventado, con ciertos afanes por la
autobiografía velada.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El libro
supera el efectismo del detonante anecdótico y aspira a historias contadas con
singular soltura y desfachatez. Parece que cualquier perversión o subversión
fuera magnífica plastilina en manos de Mazeyra para diseñar personajes y
someterlos a situaciones poco felices. Incluso parece que sus temas encontraran
un muy afortunado horizonte en los conflictos narrativos y, no obstante la vil
realidad que se recrea, el protagonista —y de paso el lector— sale incólume y
agradecido… a pesar de la golpiza.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
José Donayre Hoefken (revista <i>Caretas</i>)</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2384734222852777278.post-79425770846471364702015-01-11T13:37:00.000-08:002015-01-11T13:37:32.087-08:00Un vistazo rápido a la producción literaria de 2014 en Arequipa<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="http://2.bp.blogspot.com/-QX0DmnWjmOc/VLLrYl5kOzI/AAAAAAAAE0o/layf99tSfXo/s1600/la_prosperidad_reclusa_.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-QX0DmnWjmOc/VLLrYl5kOzI/AAAAAAAAE0o/layf99tSfXo/s1600/la_prosperidad_reclusa_.jpg" height="400" width="316" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Segunda Edición (2014) a cargo de<b> Legisprudencia.pe</b></td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div style="text-align: justify;">
[...] Entre los libros de narrativa que cabe destacar están también la reedición de <i><b>La prosperidad reclusa</b></i> de Orlando Mazeyra y el conjunto de relatos <i><b>Témpanos y kamikazes</b></i> de Yuri Vásquez.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Los cuentos que Mazeyra publicara en 2009 se han visto enriquecidos con el acompañamiento de cuatro relatos de su primer libro. Con esta inclusión el libro gana mucho. Esta es la mejor vía de Mazeyra, retroceder a sus épocas iniciales.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Escribe: Percy Gerardo Prado</div>
<div style="text-align: justify;">
Fuente: <a href="http://www.altodelaluna.com/alto/index.php?option=com_content&view=article&id=590:revista-editorial-2014&catid=38:literatura&Itemid=27" target="_blank">ALTO DE LA LUNA</a></div>
<div>
<br /></div>
Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2384734222852777278.post-39589911643724122492011-08-05T05:59:00.000-07:002011-08-05T06:03:09.791-07:00El infierno interior<div class="post-header"> </div> <div class="post-body entry-content" id="post-body-2956662278486234241"> <a href="http://3.bp.blogspot.com/-zL7-jxvuBbM/ThNfbXQgx_I/AAAAAAAAANM/FLjHpgZXxv0/s1600/la%2Bprosperidad%2Breclusa.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 254px; height: 400px;" src="http://3.bp.blogspot.com/-zL7-jxvuBbM/ThNfbXQgx_I/AAAAAAAAANM/FLjHpgZXxv0/s400/la%2Bprosperidad%2Breclusa.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5625945283220260850" border="0" /></a><br /><div style="text-align: right;">Por Carlos River<span style="font-style: italic;">a<br /><br /></span><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-size: 85%; ">“<span style="font-weight: bold;">Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo. A lo largo de los años puebla un espacio con imágenes de provincias, de reinos, de montañas, de bahías, de naves de islas, de peces, de habitaciones, de instrumentos, de astros, de caballos y de personas. Poco antes de morir, descubre que ese paciente laberinto de líneas traza la imagen de su cara</span>”.</span></i><br /></div></div><div><div style="text-align: right;"><span style="font-size: 85%; ">Jorge Luis Borges</span><br /><br /><div style="text-align: justify;">Hastiado Gustave Flaubert, y para que se develara quién era Madame Bovary, éste respondió: (<i>Madame Bovary, c’est moi</i>) “la Bovary soy yo”. Y es que ese gran personaje de la literatura universal se convirtió en su sangre y su alma (si ésta existe). La novela fue mas allá de la ficción y causó escándalos en la sociedad francesa siendo procesado en 1856 por “ofensas a la moral y a la religión” creyendo los acusadores, desde sus ignorancias y prejuicios, que la obra alteraría las buenas costumbres. De hecho, los personajes de la novela en su mayoría fueron extraídos de las vivencias personales y de escenarios reales, producto de una investigación obsesiva por encontrar arquetipos para su novela. Pero la literatura es una gran mentira hecha con trozos de la realidad y cuando estos hechos constituyen el corpus literario, ya pertenece a la dimensión del arte. Partiendo de esta breve reflexión que nos pretexta el libro del escritor Orlando Mazeyra Guillén, podremos ensayar algunas consideraciones preliminares acerca de <i>La prosperidad reclusa</i>.</div><br /><div style="text-align: justify;">Cada uno de los personajes del libro enfrenta distintas vicisitudes de la vida, pero no desde la periferia de las cotidianidades de personas felices y dignas de imitarse para olvidarse de las desventuras, sino desde los suburbios de la conciencia, es decir desde el infierno que todos llevamos dentro. El autor no intenta crear ambientes, paisajes sociales ni paradisíacos, sino atmósferas, sensaciones, exorcismos. Orlando Mazeyra escogió el infierno para deslizarse por sus recovecos y darles temáticas comunes como el amor, el trabajo, la ilusión, el amor filial, el sexo, la locura y la perversión. Cosa curiosa, los cuentos hablan implícitamente de la prosperidad, pero no entendida desde elucubraciones sociológicas, sino desde la vertiente de un grito, un delirio hacia la vida o a la libertad y a las cosas de este mundo. Es decir, la prosperidad como una utopía personal hecha a medida del individuo.</div><br /><div style="text-align: justify;">Las huellas inmediatas a las que nos remite el libro, son <i>Los inocentes</i> de Reynoso, ese delirio poético callejero de una sórdida Lima. O la salvaje collera de <i>Matacabros</i> de Sergio Galarza, y la violenta narración de Rilo en <i>Contraeltrafico</i>. Sin dejar de lado, desde luego, los solitarios y abyectos personajes de Julio Ramón Ribeyro. Claro que también asoman los ecos de Bukowski, Henry Miller, Mario Vargas Llosa y Sartre.</div><br /><div style="text-align: justify;">El plus de Orlando Mazeyra a la literatura (al menos en esta obra que leí) es la música, que le da cadencia a las historias, aunada a una perspectiva visual cinematográfica que parecieran escenas de un film con un protagonista central, un guión inconcluso y un escritor omnisciente que alimenta a su antojo las peripecias de los miserables personajes para lograr un desenlace a modo de <i>flashback</i>. Esto da pie, a su vez, a que al menos, en esos viajes oníricos, tengamos un acercamiento a lo total (lo visual, literario y musical).</div><br /><div style="text-align: justify;">El autor a través de la obra expresa su desencanto, su rabia, sus delirios existenciales y para arroparle de belleza literaria recurre a una poética personal donde las palabras son un festín de frases que, desde luego, pretenden una estética original. Avizoramos que en algún momento se constituirá de manera sólida en una obra mayor o quizás una novela. En este libro que comentamos, vemos un excelente comienzo hacia ese sendero.</div><br /><div style="text-align: justify;">Dentro de los cuentos que componen el libro, a juicio personal, considero el más logrado, <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Tras la puerta</span>, que sintetiza toda esa poética a la que nos referimos anteriormente, donde el personaje Obdulio transita ese pedazo de su existencia entre un enfrentamiento con su génesis patológica, la búsqueda de la verdad y de sus encuentros y desencuentros con sus tormentos esquizofrénicos y las curaciones a las que es sometido por los especialistas. En esas misceláneas pasadas, y hechos presentes trasunta una añoranza filial, una búsqueda infinita por un poco de comprensión (¿o tal vez una prosperidad sentimental?) que consuela con el apego hacia su madre (o acaso un ideal de ella). Al final, no hay nada revelador, sólo la presencia rotunda, dolorosa y temeraria de su progenitor como parte de su ser que lo acompañará por doquier en los avatares de su existencia. El cuento no gana por K.O. sino por perplejidad.</div><br /><div style="text-align: justify;">Los representantes de la actual literatura arequipeña, hace tiempo que han dejado las temáticas comunes y tradicionalistas. Los nuevos escritores jóvenes como Orlando Mazeyra Guillén hacen caso omiso de este canon sagrado del cual algunos todavía creen imperecedero. Porque esta nueva (aún no me atrevo a llamarla generación) pléyade de escritores no tiene miedo de escribir de putas, violencia, drogas, amores, sexo o de algunas pasiones bizarras que giran en su entorno social y cultural. El escritor arequipeño posmoderno es menos timorato, más poético y más trasgresor.</div><br /><div style="text-align: justify;">Consideramos por ello que el autor de este conjunto de cuentos escribe sin miedos, ni ataduras o complejos, enfrenta las historias y las plasma con todo su arte. Por momentos parece autobiográfico, representándose a sí mismo, en cada uno de los seres que desfilan en <i>La prosperidad reclusa</i>. El autor parece dejarnos alguna huella evidente del por qué de su escritura en el segundo cuento del libro: <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">La dulce espera</span> (aunque tal vez la presunción podría ser atrevida):</div><br /><div style="text-align: justify; font-weight: bold;"><i>“Cuando empiezo a escribir siempre lanzo un bumerán que retorna y se parte en mi crisma. Son las migrañas nocturnas, o algo más que eso: una punzada en los ojos, de atrás hacia adelante y de adelante hacia la nuca, un vértigo que me acomete cuando trato de recordar a papá”.</i></div><br /><div style="text-align: justify;">Entonces, para finalizar y volviendo a la declaración de Flaubert con respecto a Madame Bovary, es que se puede colegir que <span style="font-style: italic;">La prosperidad reclusa</span> es la expresión de un infierno interior del autor. Las lágrimas, sueños, y perversiones plasmadas en un elevado trabajo hecho con un amor visceral por la literatura. Es la simbiosis poética de la vida y las palabras.</div><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 85%; ">* Tomado del <a href="http://mundomisti.blogspot.com/2011/07/el-infierno-interior.html">blog de Carlos Rivera</a>.</span></div></div></div></div>Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2384734222852777278.post-28214761330426498662010-10-20T09:46:00.000-07:002010-10-21T06:58:51.549-07:00Reclusos y Marginales<a href="http://3.bp.blogspot.com/_lsyLEQhwgNg/TMBGvCwYEDI/AAAAAAAAAzw/tEcQliOzWeE/s1600/CRITICA_AGREDA.JPG"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5530498116418539570" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 375px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://3.bp.blogspot.com/_lsyLEQhwgNg/TMBGvCwYEDI/AAAAAAAAAzw/tEcQliOzWeE/s400/CRITICA_AGREDA.JPG" border="0" /></a><br /><p align="justify">Los cuentos reunidos por <a href="http://orlandomazeyra.blogspot.com/">Orlando Mazeyra</a> (Arequipa, 1980) en su libro <a href="http://laprosperidadreclusa.blogspot.com/">La prosperidad reclusa</a> (Cascahuesos Editores, 2010) se desarrollan en los ámbitos urbanos más extraños: manicomios, cárceles, prostíbulos, claustros de conventos. Y en ellos encontramos a personajes marginales (“los verdaderos outsiders del siglo XXI” los ha llamado el escritor Jorge E. Benavides) viviendo las aventuras más insólitas, incluyendo a un coleccionista de perchas de hotel desesperadamente enamorado de su propia hermana.</p><p align="justify">Así, atisbando en las grietas de una sociedad no muy moderna (que se identifica reiteradamente con la de la ciudad de Arequipa) Mazeyra encuentra, en estos 23 relatos, abundante material sobre lo absurdo y sombrío de la existencia humana. </p><p align="justify">Y lo expresa en un lenguaje bien trabajado, en el que se hace evidente la exploración de diversos registros, desde el coloquial hasta el (algunas veces recargadamente) libresco. Esa diversidad se puede comprobar hasta en los autores citados: Calamaro, Fito Páez, Bukowski, Goethe y Coetzee.</p><p align="justify">Cuando todos esos elementos logran integrarse, Mazeyra nos estrega buenos cuentos, como en los casos de “El faquir y la equilibrista” y “Tras la puerta”. Pero algunos relatos se pierden en la búsqueda del efectismo a través de lo sórdido, lo insólito, lo retorcido y, en los casos de textos protagonizados por escritores (algunos por el propio autor), del malditismo. De todas maneras, La prosperidad reclusa, segundo libro de Mazeyra, confirma a este narrador como un autor de interés.Se pueden leer otros comentarios en el <a href="http://laprosperidadreclusa.blogspot.com/">blog</a> del libro. </p><br /><p align="right"><strong><em>Javier Ágreda<br />Diario </em>La República<em>.<br />Lima, 21 de junio de 2010</em></strong></p>Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2384734222852777278.post-6922393319522696662010-06-21T18:20:00.000-07:002010-06-21T18:24:09.490-07:00Los cuentos de Orlando Mazeyra Guillén<div style="font-style: italic; font-weight: bold;" align="right">Por Camilo Fernández Cozman <span style="font-size:85%;">(*)</span><br /></div><br /><div><div style="text-align: justify;">El cuento gana por knock-out; la novela, por puntos. Aquel recuerda la perfección estilística de un poema; esta permite un mayor desarrollo de la sutil trama narrativa. Que este breve introito nos permita comentar un buen libro de relatos: me refiero a <em style="font-weight: bold;">La prosperidad reclusa</em> (Arequipa, Cascahuesos Editores, 2009) de Orlando Mazeyra Guillén (Arequipa, 1980), quien ya había publicado <em style="font-weight: bold;">Urgente: necesito un retazo de felicidad</em><span style="font-weight: bold;"> </span>(2007). El escritor arequipeño intenta aproximarse al relato corto. Por ejemplo, «Vacíos» tiene solo dos párrafos y explora la analogía barroca de teatro y vida. Esta última es concebida como un escenario teatral que desemboca en el exceso y el delirio. En «Tras la puerta» (uno de los textos más notables), el narrador-personaje explora el tema de la locura en una atmósfera familiar donde anida la falta de comunicación y triunfa el prejuicio: hay temas vetados como la esquizofrenia. En «La dulce espera» se explora el carácter heterogéneo del yo: <em>Todos eran yo. Todos eran un poco de mí, una partícula de mis entrañas </em>(p. 15); se trata de una meditación sobre la escritura que nos recuerda el “Yo es otro” de Arthur Rimbaud. En «El faquir y la equilibrista» se relata una anécdota impregnada de erotismo que conduce a una extraña costumbre andaluza: el protagonista pone clavos, diariamente, en su recámara por las noches <em>para espantar a la muerte</em> (p. 39).<br /><br />Quisiera destacar dos aspectos en los cuentos de Mazeyra: la caracterización psicológica de los personajes y el manejo de la trama narrativa. El autor arequipeño sabe delinear los contornos de la personalidad de los protagonistas de cada historia; además, hace que el lector mantenga el interés por el desarrollo de los sucesos. Mención especial merece la musicalidad de la prosa que evidencia un trabajo de relojería con el lenguaje. En fin, un libro que merece ser leído con atención y que augura un estilo personal en el concierto de la narrativa peruana contemporánea.<br /></div><br /><span style="font-size: 85%; font-style: italic; font-weight: bold;">(*) Miembro de número de la Academia Peruana de la lengua. Esta reseña ha sido tomada del blog </span><a style="font-style: italic; font-weight: bold;" href="http://camilofernande.blogspot.com/2010/05/los-cuentos-de-orlando-mazeyra.html"><span style="font-size: 85%;">La soledad de la página en blanco</span></a><span style="font-size: 85%; font-style: italic; font-weight: bold;"> de CFC.</span></div>Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2384734222852777278.post-60420984313612807692010-04-05T08:20:00.000-07:002010-04-05T08:31:01.306-07:00Narrativa arequipeña: "La prosperidad reclusa" de Orlando Mazeyra<a title="View "La prosperidad reclusa de Orlando Mazeyra". Artículo, Diario Noticias 5 Abril de 2010. on Scribd" href="http://www.scribd.com/doc/29435387/La-prosperidad-reclusa-de-Orlando-Mazeyra-Articulo-Diario-Noticias-5-Abril-de-2010" style="margin: 12px auto 6px; font: 14px Helvetica,Arial,Sans-serif; display: block; text-decoration: underline;">"La prosperidad reclusa de Orlando Mazeyra". Artículo, Diario Noticias 5 Abril de 2010.</a> <object id="doc_389746912631157" name="doc_389746912631157" type="application/x-shockwave-flash" data="http://d1.scribdassets.com/ScribdViewer.swf" style="outline: medium none;" width="100%" height="600"> <param name="movie" value="http://d1.scribdassets.com/ScribdViewer.swf"> <param name="wmode" value="opaque"> <param name="bgcolor" value="#ffffff"> <param name="allowFullScreen" value="true"> <param name="allowScriptAccess" value="always"> <param name="FlashVars" value="document_id=29435387&access_key=key-1d0jol3b8wr14qzr3sv5&page=1&viewMode=list"> <embed id="doc_389746912631157" name="doc_389746912631157" src="http://d1.scribdassets.com/ScribdViewer.swf?document_id=29435387&access_key=key-1d0jol3b8wr14qzr3sv5&page=1&viewMode=list" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" wmode="opaque" bgcolor="#ffffff" width="100%" height="600"></embed> </object><br /><div style="text-align: justify;">La narrativa arequipeña no tuvo una tradición literaria como la poesía, sin embargo, la pluma de los narradores no se deja esperar, en estas últimas décadas surgieron libros notables que merecen destacar. Entre ellos, los libros de Orlando Mazeyra Guillén, quien en su corto periplo literario ha sabido cultivar, a través de las letras, un prestigio literario a nivel nacional en poco tiempo.<o:p></o:p></div><p></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="color: rgb(39, 38, 39);"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="color: rgb(39, 38, 39);"><span style="font-weight: bold; color: rgb(255, 0, 0);">AB INITIO</span><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="color: rgb(39, 38, 39);"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="color: rgb(39, 38, 39);">Mazeyra Guillén, dedicado a la narrativa a tiempo completo, <span style="font-weight: bold;">concibe historias que retratan el espíritu juvenil de la delicada y compleja época que nos toca vivir, los problemas de anorexia, escarceos femeninos, infidelidades, descubrimiento sexual, rasgos obsesivos, depresiones sociales, angustias existenciales, la escritura, donde el alcohol y las drogas son estímulos pasajeros de temer.</span><o:p style="font-weight: bold;"></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="color: rgb(39, 38, 39);"><span style="font-weight: bold;">Orlando Mazeyra nos presenta un desafío en la nueva narrativa hispanoamericana, su marcado y crudo naturalismo con que presenta sus relatos nos ponen al frente de una realidad marcada por los problemas actuales que conocemos, pero preferimos no ver o vemos y preferimos desconocer. Aunque algunos relatos juegan con el buen juicio del incauto lector resulta necesario abrir nuestra mente para socavar el fondo del asunto propuesto</span>.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="color: rgb(39, 38, 39);"><span style="font-weight: bold; color: rgb(255, 0, 0);">CÁLAMO CURRENTE</span><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="color: rgb(39, 38, 39);">De cronista deportivo con vitalidad increíble, Mazeyra se encontró con <span style="font-style: italic;">La casa verde</span> de Vargas Llosa, <span style="font-style: italic;">El extranjero</span> de Camus y <span style="font-style: italic;">El túnel</span> de Sábato que cambiaron su vida, su trajín universitario lo envolvió a la literatura como “<span style="font-style: italic; font-weight: bold;">una forma virtual de alterar el mundo real tanto como el autor y tú (tus tabúes, tus pudores, tus insatisfacciones) lo permitan</span>”.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="color: rgb(39, 38, 39);">Por otro lado, la imagen del abuelo, un destacado maestro y docente universitario que, sobre todo, en sus años juveniles quiso plasmar, en sus muchos cuadernos de apuntes, historias en base a sus múltiples lecturas (historia, poesía, filosofía, medicina, zoología, religión, etcétera). El abuelo fue un lector omnívoro e interesado por muchas ramas. Aún Orlando conserva el borrador de un inacabado libro de relatos con un título precioso: <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Al caer de las tardes</span>. Se presume que, al caer de las tardes, el abuelo garrapateaba con anotaciones ese cuadernos y, de esta forma, procuraba ser un escritor que, si bien no publicó ninguna obra de ficción, escribió artículos e investigaciones en diversos medios periodísticos de la ciudad.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="color: rgb(39, 38, 39);"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-weight: bold; color: rgb(255, 0, 0);">MAZEYRA, EL ESCRITOR</p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="color: rgb(39, 38, 39);">Orlando Mazeyra Guillén (Arequipa, 1980) estudió en el Colegio De La Salle y en la Universidad Católica Santa María, en el 2007 publica su primer libro de relatos “Urgente: Necesito un retazo de felicidad (Bizarro Ediciones, Lima)”. Con “Todo comenzó en la Universidad” ganó el Primer Premio Nacional Universitario Nicanor de la Fuente (2003), organizado por la Universidad Pedro Ruiz Gallo de Lambayeque. Sus cuentos han sido premiados en Morelia, México; en el Primer Certamen Literario Axolotl de Buenos Aires, Argentina. Ha publicado en diversos diarios impresos y revistas literarias virtuales a nivel nacional e internacional. Varios de sus relatos han sido seleccionados por el Proyecto Sherezade (Canadá). Otras de sus producciones aparecen el Proyecto Quipu que promueve el crítico Gustavo Faverón y en la bitácora Gambito de Peón del escritor Ricardo Sumalavia. Su segundo libro, “La prosperidad reclusa”, apareció a finales del año 2009.</span></p>Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2384734222852777278.post-69724523649373120832010-02-27T12:00:00.000-08:002010-02-27T12:10:49.190-08:00«GOLPIZA ILUMINADORA», reseña en Caretas<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_lsyLEQhwgNg/S4l7DUS7ZsI/AAAAAAAAAqs/b1H5nNMHQ30/s1600-h/Caretas_2118.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 226px; height: 400px;" src="http://4.bp.blogspot.com/_lsyLEQhwgNg/S4l7DUS7ZsI/AAAAAAAAAqs/b1H5nNMHQ30/s400/Caretas_2118.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5443016921571878594" border="0" /></a><br /><br />Bajo el título «<strong>Golpiza iluminadora: cuentos de Mazeyra reunidos como un obligado ajuste de cuentas</strong>», aparece en la edición 2118 de la revista Caretas, una reseña de <a href="http://enmisestantes.blogspot.com/2010/02/la-prosperidad-reclusa-orlando-mazeyra.html">José Donayre Hoefken</a> sobre La prosperidad reclusa.<br /><br /><div style="text-align: justify; font-style: italic; color: rgb(51, 51, 153);">«<span style="font-weight: bold;">Parece que cualquier perversión o subversión fuera magnífica plastilina en manos de Mazeyra para diseñar personajes y someterlos a situaciones poco felices</span>».<br /><br /><span style="color: rgb(51, 51, 51);">Para leer la reseña completa hacer clic sobre la imagen</span>.<br /></div>Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2384734222852777278.post-14483090111454366852010-02-15T07:31:00.000-08:002010-06-21T18:45:41.342-07:00Atrapados en la noche<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://3.bp.blogspot.com/_lsyLEQhwgNg/S3lpFfbqR5I/AAAAAAAAAqE/nDIr5KBLlX0/s1600-h/RESE%C3%91A_COMERCIO_15_FEBRERO.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 273px;" src="http://3.bp.blogspot.com/_lsyLEQhwgNg/S3lpFfbqR5I/AAAAAAAAAqE/nDIr5KBLlX0/s400/RESE%C3%91A_COMERCIO_15_FEBRERO.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5438493568084363154" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify;">Esquizofrénicos, obsesivos, perdedores y desadaptados de toda clase son los personajes que pueblan las prosas y relatos de <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">La prosperidad reclusa</span>, rotundo libro del joven escritor peruano (arequipeño, para más señas) Orlando Mazeyra Guillén. Nacido en 1980, Mazeyra viene ganando premios desde hace varios años gracias a sus relatos enardecidos y precisos, muchos de ellos editados por revistas y publicaciones de universidades de distintos países latinoamericanos. En <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">La prosperidad reclusa</span> hallamos varios de ellos, quizá las mejores narraciones de este escritor, en que las neurosis cotidianas se convierten en el motor de una existencia que lucha por sobreponerse a un destino oscuro, siempre fracasando en el intento. Guiado por un lenguaje que refleja una necesidad urgente de expresión, Mazeyra asoma como una de las mayores promesas de la narrativa local (<span style="font-weight: bold;font-size:85%;" ><span style="font-style: italic;">Francisco Melgar Wong, diario </span>El Comercio<span style="font-style: italic;">, lunes 15 de febrero de 2010</span></span>).<br /><br /><span style="font-size:85%;">http://elcomercio.pe/impresa/notas/libro-hierba/20100215/414886</span><br /><br /></div>Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2384734222852777278.post-55049560504911995522010-01-30T07:20:00.000-08:002010-01-30T08:47:59.320-08:00En el diario La República<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_lsyLEQhwgNg/S2ROcMp1MAI/AAAAAAAAApU/Iwo_6yQffak/s1600-h/la_prosperidad_en_la_republica_28enero.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 209px;" src="http://4.bp.blogspot.com/_lsyLEQhwgNg/S2ROcMp1MAI/AAAAAAAAApU/Iwo_6yQffak/s400/la_prosperidad_en_la_republica_28enero.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5432553296855642114" border="0" /></a>El jueves 28 de enero apareció en el diario <span style="font-style: italic;">La República</span> una breve nota que invita a los lectores a comprar mi libro:<br /><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Está en circulación </span><span style="font-weight: bold; color: rgb(0, 0, 153);">La prosperidad reclusa</span><span style="font-style: italic; font-weight: bold;">, del joven escritor Orlando Mazeyra Guillén, publicación que llega a la ciudad de Arequipa precedida de comentarios de importantes escritores y periodistas nacionales. “Me parece que </span><span style="font-weight: bold; color: rgb(0, 0, 153);">Tras la puerta </span><span style="font-style: italic; font-weight: bold;">revela un muy prometedor futuro literario”, manifestó en su momento el periodista César Hildebrandt. La edición está a</span> <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">cargo de Cascahuesos Editores. Libro a la venta en la Librería Aquelarre, calle San José.</span><br /></div>Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2384734222852777278.post-57100372432614341592010-01-09T04:32:00.000-08:002010-01-09T04:43:46.658-08:00"El relato, más que llenar un vacío, lo crea"<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_lsyLEQhwgNg/S0h5ZzSPEnI/AAAAAAAAAo0/DUuVK7LUe_I/s1600-h/IMG_1265.JPG"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 300px;" src="http://1.bp.blogspot.com/_lsyLEQhwgNg/S0h5ZzSPEnI/AAAAAAAAAo0/DUuVK7LUe_I/s400/IMG_1265.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5424719235338146418" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-size:130%;">El narrador arequipeño Orlando Mazeyra (Arequipa, 1980) despidió el 2009 con un sorprendente conjunto de relatos: <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">La prosperidad reclusa</span>. Este libro ha merecido importantes comentarios de escritores y periodistas peruanos. Para Jorge Coaguila la interrogante es “<span style="font-style: italic; color: rgb(0, 0, 153);">… ¿qué une a las personas que dan vida a estos textos, además de su imborrable frustración?</span>”. Esta, me parece, es la clave para desentrañar la estética narrativa que nos propone el autor.</span><br /><span style="font-size:130%;"></span><br /><span style="font-size:130%;">La clave en este libro son los personajes, todos poseen una aureola de intensidad y extrañamiento por el mundo perdido o el mundo que les espera. El primer cuento “Vacíos”, es un microrrelato que juega a la voz de un trazo de lo que se viene “<span style="font-style: italic; color: rgb(0, 0, 153);">Algún día encontraría la fachada del maldito teatro. El teatro de mi vida. Donde perdí la cordura poco a poco…, mientras las boleterías se iban quedando vacías</span>”. Este primer cuento, como los demás, propone que la narración sea completada por el lector, el relato, más que llenar un vacío, lo crea. Asistimos entonces al momento especial de la construcción de la creación.</span><br /><span style="font-size:130%;"></span><br /><span style="font-size:130%;">“La dulce espera” involucra el conflicto de la escritura y la creación “<span style="font-style: italic; color: rgb(0, 0, 153);">…Después de diez libros mediocres (tres volúmenes de cuentos y siete novelas fallidas), sigo sin poder gestar un alma femenina que convenza a mi editora. Mi madre todavía no está muerta y yo tendría que morir también para ser capaz de contar nuestra historia</span>”.</span><br /><span style="font-size:130%;"></span><br /><span style="font-size:130%;">Para el periodista César Hildebrandt el cuento “Tras la puerta” revela un prometedor futuro literario. La voz de un esquizofrénico arma su propio drama, la desadaptación e incomprensión familiar y la búsqueda de respuestas y el desasosiego a través de la escritura. La creación literaria, entonces, va ligada a lo marginal, a ese vacío que no puede llenar solo el escritor o el esquizofrénico, ni tampoco los lectores.</span><br /><span style="font-size:130%;"></span><br /><span style="font-size:130%;">Los valores de <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">La prosperidad reclusa</span> son la experimentación positiva en el tratamiento del lenguaje y las situaciones de conflicto, así como también la configuración en las posibilidades de los personajes. Invitamos al público a la lectura de este prometedor libro.</span><br /><br /><div style="text-align: right;"><span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Publicado en el blog </span><span style="font-weight: bold;"><br />Literatura y Cultura</span><br /><span style="font-style: italic; font-weight: bold;">del escritor </span><a href="http://henryrivassucari.blogspot.com/2010/01/la-prosperidad-reclusa-de-orlando.html"><span style="font-weight: bold; font-style: italic; color: rgb(0, 0, 153);">Henry Rivas</span><br /></a></div><span style="font-size:130%;"></span></div>Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2384734222852777278.post-34429885123231297302009-12-14T06:28:00.000-08:002009-12-14T06:33:25.012-08:00La prosperidad reclusa en EL BÚHO<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_lsyLEQhwgNg/SyZMTv6yjWI/AAAAAAAAAoQ/Ss9UoDkTjvE/s1600-h/EL_+BUHO.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 93px;" src="http://1.bp.blogspot.com/_lsyLEQhwgNg/SyZMTv6yjWI/AAAAAAAAAoQ/Ss9UoDkTjvE/s400/EL_+BUHO.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5415099504123874658" border="0" /></a><br /><br /><p class="MsoNormal" style="text-align: center; font-weight: bold;"><span lang="ES-MX">El Búho – Edición Nro. 402</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX"> </span></p> <p style="text-align: justify;" class="MsoNormal"><span lang="ES-MX">Con este libro de cuentos, Mazeyra vuelve a las letras luego de un complicado “exilio” en Estados Unidos y después de haber editado <i style="color: rgb(0, 0, 153);">Urgente: necesito un retazo de felicidad</i>.</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="MsoNormal"><span lang="ES-MX">En esta nueva arremetida literaria, Mazeyra continúa con sus relatos llenos de insatisfacción, con esa visión descarnada y malditista, llena de personajes que intentan (y no consiguen) escapar de la realidad.</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="MsoNormal"><span lang="ES-MX"><span style="font-weight: bold;">Su visión parte de la perspectiva única del autor, pareciera ser el propio Mazeyra el protagonista de los entuertos. Esa figura trágica de escritor incomprendido ronda de diversas maneras en sus intensas historias</span>.</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="MsoNormal"><span lang="ES-MX">Ricardo Sumalavia ha escrito: “</span><i>Muchas veces a la narrativa le hace falta lanzarse al vacío. No para acabar sus días, por supuesto; sino en un intento por el cual el sacrificio mismo se torna una arriesgada aventura creativa. Me atrevo a ubicar los cuentos de Orlando Mazeyra Guillén en esta línea</i>”.</p><div style="text-align: justify;"> Este salto al vacío ha sido acogido por Cascahuesos Editores, que han hecho del nuevo libro de Mazeyra, un trabajo de notable calidad. Bien por ellos.<br /></div>Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2384734222852777278.post-33079891770825765802009-12-11T09:11:00.001-08:002009-12-11T09:17:00.507-08:00Mi prosperidad reclusa<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_lsyLEQhwgNg/SyJ9agwhT2I/AAAAAAAAAn8/piXZ-vn3qp0/s1600-h/las_musas.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 299px;" src="http://4.bp.blogspot.com/_lsyLEQhwgNg/SyJ9agwhT2I/AAAAAAAAAn8/piXZ-vn3qp0/s400/las_musas.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5414027596476272482" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify;">Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la prosperidad <span style="font-style: italic;">es el curso favorable de las cosas. La prosperidad no es más ni menos que la buena suerte o el éxito en lo que se emprende, sucede u ocurre.</span><br />Y, ¿quién de nosotros no busca un curso favorable en todos los proyectos que emprendemos a lo largo de nuestras existencias? ¿Quién no ansía la buena suerte y el éxito? Es obvio que podemos diferir en la forma, aunque no en el fondo del asunto, pues todos tratamos de arañar la prosperidad, de asirla, guarecerla para siempre en los recodos más íntimos e intransitables de nuestras vidas. Pero –siempre hay un pero que lo estropea todo– no todos accedemos a ella (o peor aún, siendo prósperos, no podemos constatarlo porque nuestras anteojeras o la estupidez propia o ajena nos lo impiden… ¡Vaya paradoja! En este mundo tan hipócrita y trivial, para sentirse cabalmente próspero hay que escucharlo de la boca de los otros: de los amigos, y, mejor que mejor, si se trata de los enemigos).<br />Unos ejemplos al paso, resaltando aquel latigazo sartreano que reza que el i<span style="font-style: italic; font-weight: bold;">nfierno no es otra cosa que la mirada de los demás</span>: ¿Es próspero un matrimonio sin hijos? ¿Será posible considerar próspero a un hombre que frisa los treinta años y carece de profesión? ¿Quién rayos encarna la prosperidad? ¿Es próspero un presidente megalómano que recurre a unas buenas raciones de litio para mantener la cordura? ¿O lo será el escritor multipremiado que dice que a pesar de todo siempre se sentirá un insatisfecho? ¿O el flamante jubilado que, esclavo de ese mecanismo inmisericorde que es la rutina laboral, ya no sabe gobernar algo que le pertenece, pero que le supieron quitar: su libertad?<br />Creo que no somos pocos los que nos azotamos cotejando reiteradamente en dónde estamos y dónde –por ventura– quisiéramos estar. Los que, azorados o acaso impasibles, vemos cómo se ensancha la franja que separa nuestra realidad de nuestros sueños más genuinos. Y, para paliar estas desazones cotidianas, lo que menos nos sobra es el tiempo, que a veces se disfraza de aliado, sin embargo, es siempre pernicioso enemigo, hábil prestidigitador: sí, el tiempo, o lo que a mí más me desbarata: la finitud de la vida. Y después de preguntarnos por qué tenemos que morir (una pregunta que, según Philip Roth, puede sacar de quicio a cualquier persona), intentamos –creo– encontrarle un sentido a la existencia, obviamente antes de morir (y, ahora, recuerdo que un tío dejó en mi casa un papelito que decía que toda adicción es una búsqueda angustiosa de Dios) y, a continuación, acude hacia mí esa frase de Fernando Savater que martilla mi mente: “<span style="font-style: italic; font-weight: bold; color: rgb(0, 0, 153);">Sabernos mortales es ante todo sabernos abocados a la perdición. Lo más grave no es precisamente no durar, sino que todo se pierda como si jamás hubiera sido</span>”.<br /><br />Ya antes había anunciado, en mi primer libro, que buscaba tan solo un retazo de felicidad. Hoy, después de otro piélago de cuentos y relatos a cuestas, creo que la prosperidad no es más que una de las variables que conforman esa fórmula evanescente que se llama felicidad. Y la felicidad, lo sé (lo he constatado infinidad de veces), siempre me será siempre ajena. Digo mejor, me será esquiva cada vez que deje de escribir, pues conviviendo con la mentira, inventándome otras vidas en las que aletea mi propia vida, puedo sentirme pleno, útil, satisfecho. Lo mejor de todo es que resulto siendo útil para mí mismo, pero un inútil para los demás. Creo que esa contradicción alberga una extraña verdad que sigo buscando obsesivamente cada vez que florece en mi interior el germen de una historia. ¿Puedo decirlo de otra manera que sea más clara y rotunda? Sí, desde luego, si me permiten recurrir a la precisión de Haroldo Conti: <span style="font-style: italic; color: rgb(0, 0, 153);">Yo soy escritor nada más que cuando escribo. El resto del tiempo me pierdo entre la gente. Pero el mundo está tan lleno de vida, de cosas y sucesos, que tarde o temprano vuelvo con un libro. Entre la literatura y la vida, elijo la vida. Con la vida rescato la literatura; pero aunque no fuera así, la elegiría de todas maneras</span>.<br />Escribir es, como dice Mario Vargas Llosa, hablar de eso que no te atreves o no puedes hablar. A la hora de escribir, sigo sus pasos: “<span style="font-style: italic; color: rgb(0, 0, 153);">me entrego con la personalidad completa, no solamente con el lado consciente sino con el lado oscuro. Escribo escarbando en lo más profundo de mis recuerdos, con todo aquello que reprimo. Para mí, la literatura es un exorcismo de unos fondos muy profundos… hay una compuerta que se abre de una manera muy simbólica, tanto que a veces yo mismo no alcanzo a identificar, pero que tengo el presentimiento que estoy volcando unos fondos muy secretos en lo que escribo. En algunos casos lo hago con toda deliberación. Pero tal vez lo más importante de ese exhibicionismo no pasa por la conciencia</span>”.<br />Pero estas citas a autores que me han marcado con sus libros o sus ideas, seguramente les resultarán innecesarias y perdonen la digresión. Quiero volver a la prosperidad. Acudamos entonces a ella evocando a la muerte (no es un contrasentido, por favor, evoquemos la muerte de una manera visual o narrativa, a través del cine o de la literatura). El inolvidable Lester de Belleza Americana, encarnado por un soberbio Kevin Spacey, habla, al inicio y al final de la película, de la muerte, o, para ser más exactos del segundo antes de morir; y no deja espacio para la duda o la sospecha:<br />“<span style="font-style: italic; color: rgb(0, 0, 153);">Antes que nada ese segundo definitivo no es sólo un segundo. Se alarga eternamente, como un océano de tiempo (en donde asoman las personas y lugares que nos marcaron con fuego): Para mí, fue estar acostado en mi campamento de Niños Exploradores mirando estrellas fugaces y hojas amarillas de los arces de nuestra calle o las manos de mi abuela, y su piel que parecía como de papel y la primera vez que vi el auto de mi primo Tony… y mi hija, y mi hija y mi esposa. Podría estar bastante encabronado por lo que me pasó, pero es duro seguir enojado cuando hay tanta belleza en el mundo. A veces siento que estoy viendo todo a la vez, ¡ y es demasiado! Mi corazón se infla como un globo a punto de reventar. Y entonces me acuerdo de relajarme y dejar de tratar de aferrarme a ella. Y entonces fluye a través de mí como lluvia y lo único que puedo sentir es gratitud por cada momento... de mi vidita estúpida. Seguramente no tienen idea de lo que estoy hablando. Pero no se preocupen. Algún día la tendrán</span>”. <br /><br />Entonces, ya puedo confesarles que escribí este nuevo libro convencido de que mi prosperidad se quedó encarcelada, reclusa en algún capítulo de mi infancia. Este librito está dedicado a mi hermano Álvaro, quien alguna vez quiso pasar a limpio un deseo íntimo. Me dijo algo más o menos así: “<span style="font-style: italic; color: rgb(0, 0, 153);">Orlando, al morir, quisiera que me cremen y, luego, que lancen mis cenizas desde el Puente de Fierro para se esparzan por el parque de La Arboleda</span>”. Y creo que ambos coincidimos con ineluctable alegría en que cuando, no seamos más, veremos desfilar a los amigos que supimos hacer en ese parque donde una pelota de fútbol era suficiente para hacer de la vida una experiencia esplendente. Luego vino lo otro, lo que no vale la pena, la tensa espera, pues, como nos recuerda Andrés Calamaro: “la vida es una gran sala de espera, la otra es una caja de madera”.<br />Ahora, que ya quiero dejar de aburrirlos, vienen a nuevamente a mí las imágenes que no me dejan dormir, las postales de una prosperidad efímera: ¡palmeras, palmeras y más palmeras! Un domingo por la tarde se transforma en bares, alitas doradas, pizzas, gringas de ensueño y muchas cervezas. Y, vamos, Orlando, que aquí el agua es caliente. En serio, huevón: en Miami no es como en Camaná que el agua es tan helada que te cagas de frío. Y entonces, vamos, carajo, entra que no vas a querer salir. Y, sí, nos metemos al mar mientras cae la tormenta y, a lo lejos, los rayos parecen flashes divinos. Y guacachas, chalacas, brincos, lo que sea, todo a la vez: el amigo con el que compartí el jardín de infancia, el colegio y la universidad me hace sentirme vivo, próspero o algo que se le parezca. ¿Feliz? Creo que sí, por eso quiero abrazarlo en medio de la algarabía, él ya lleva más de cinco años en Miami y yo acabo de llegar hace unas horas, dos historias dispares, él va a ser padre y yo jamás quiero serlo… pero, insisto, lo miro y sé que ambos disfrutamos a plenitud, ¿qué falta entonces para arañar la felicidad? ¿Estar en Camaná, no es cierto? En ese instante daríamos lo que sea por Camaná y su agua helada, ¡no importa! ¡Camaná y punto! En esa contradicción encontré mi propia prosperidad.<br /><div style="text-align: right; font-style: italic;">Arequipa, 05 de diciembre de 2009.<br />Texto leído en la presentación de mi libro<br /><br />Imagen: "Las musas" de Luz Letts<br /><br /></div></div>Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2384734222852777278.post-13623501653061934322009-12-09T05:03:00.000-08:002009-12-09T05:43:04.558-08:00Las buenas cosas de las suele alimentarse un escritor<div style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_lsyLEQhwgNg/Sx-gJ8HFKoI/AAAAAAAAAns/QEvYvSzRLiY/s1600-h/UNO.JPG"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 300px;" src="http://2.bp.blogspot.com/_lsyLEQhwgNg/Sx-gJ8HFKoI/AAAAAAAAAns/QEvYvSzRLiY/s400/UNO.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5413221369737718402" border="0" /></a>Algo pasa en la cabeza de Orlando Mazeyra Guillén: él está convencido de que es un escritor y quizás allí radique su más intenso potencial. Se ha lanzado a las aguas revoltosas de la literatura, de cabeza y sin salvavidas, braceando con toda la fuerza y técnica que ha podido aprender mientras estaba en la calma orilla del carácter inédito.<br /><br />Y nadar así puede ser peligroso, tomando en cuenta que uno no es de fierro. Una técnica limitada puede agotar antes de tiempo al nadador y hundirlo demasiado pronto, en medio de un pataleo constante y rabioso.<br /><br />Felizmente Mazeyra se ha mantenido a flote. Se ha aferrado a la superficie con todo lo que tiene y sobrevive para entregarnos <span style="font-style: italic; color: rgb(0, 0, 153);">La prosperidad reclusa</span>, la razón primera por la que saltó desde un comienzo.<br /><br />Los cuentos de <span style="font-style: italic; color: rgb(0, 0, 153);">La prosperidad reclusa </span>están atravesados por la persistencia de Mazeyra. Sus relatos, en su mayoría, están signados por la presencia de un escritor/lector, que vive la angustia del ser, siendo esa carga el detonante que impulsa sus cortas tragedias.<br /><br />Siento que sus 23 historias van mostrando, más que tragedias de sus protagonistas, al propio Mazeyra y a sus diablos interiores, esos que, también, supongo, contribuyeron a convencerlo de que en la pluma está su camino. Y echa mano de ese material para fabular desventuras humanas, con un estilo que él ha encontrado como propio y que es, desde ya, su marca registrada.<br /><br />En “<span style="font-style: italic;">Ganas de ti</span>”, una espera en medio de jarras y jarras de ron, deriva en una revelación trágica. Al protagonista, su mentor de barrio le revela el deseo homosexual que lo consume y le plantea lo obvio al pie del Tuturutu. Espero que esta historia en particular, tenga más de ficción que de tragedia personal.<br /><br />Hay algo en “<span style="font-style: italic;">Esperanza capital</span>”, que me perturba, y es el hecho de ver al autor/protagonista ya sin máscaras ni medias tintas, con nombre y apellido. Es él en toda su intención literaria, contando las desesperanzas de quien busca hacerse de un nombre en el circuito cultural limeño. Aparecen Oswaldo Reynoso, Óscar Malca y hasta el redimido bolerista Iván Cruz como personajes de una travesía juvenil en busca de un sueño. Y digo que me perturba porque hay algunas contundencias en sus frases de rabia contra el editor que le negó la oportunidad que parecen salidas “desde el forro”, como el propio Mazeyra escribe en otro relato.<br /><br />También hay coqueteos con lo sobrenatural y esas apariciones del otro mundo, tan comunes en nuestro imaginario fantasmal. Allí aparece un padre muerto para exigir que continúe (otra vez) con el oficio de escribir. Luego la amada muerta que reclama la voz del protagonista y hasta un viaje astral que termina con una llegada a la oficina de Dios, claro éste no lo llega a recibir, como a la mayoría de nosotros.<br /><br />Jorge Eduardo Benavides dice que los personajes de Mazeyra son “<span style="font-style: italic;">outsiders del siglo XXI</span>”, pero discrepo. He visto demasiados sujetos así de atormentados como para convencerme de que allí está la normalidad. Mazeyra también los debe haber visto si es que él mismo no pertenece al rubro. Lo demás es lo raro.<br /><br />Hay también un <span style="font-style: italic;">soundtrack</span> inevitable en <span style="font-style: italic; color: rgb(0, 0, 153);">La prosperidad reclusa</span>, donde Calamaro, Fito Páez, Chavela Vargas y demás cantantes desangelados ponen su cuota de lirismo a la hora en que el autor decide emprenderla con el ordenador. Adivino que sonaban al momento de escribir los cuentos.<br /><br />En conjunto, eso debe ser lo que pasa en la cabeza de Orlando Mazeyra Guillén: mucho bar, mucha conversa, mucho Calamaro, mucha tragedia. Felizmente, esas son las buenas cosas de las que suele alimentarse un escritor.<br /><br /><div style="text-align: right; font-style: italic;">Jorge Álvarez<br />Editor "El Búho"<br />www.elbuho.com.pe<br /><br /></div><br /><br /><br /><br /></div>Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2384734222852777278.post-26140212813552123912009-10-16T13:17:00.000-07:002009-10-23T18:16:40.352-07:00Nota de prensa - Cascahuesos Editores<div style="text-align: justify;"><a href="http://latorredelasparadojas.blogspot.com/2009/10/la-prosperidad-reclusa-nuevo-libro-del.html">“<span style="font-style: italic;">LA PROSPERIDAD RECLUSA</span>”, NUEVO LIBRO DEL ESCRITOR ORLANDO MAZEYRA GUILLÉN EN CASCAHUESOS EDITORES</a></div><h3 class="post-title entry-title"> </h3> <a href="http://2.bp.blogspot.com/_AOaI-MZr6Vs/StjLwgaRGZI/AAAAAAAABOI/ZjLBlNR6yMM/s1600-h/ORLANDO+MAZEYRA.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5393284587970435474" style="margin: 0px auto 10px; display: block; width: 400px; height: 300px; text-align: center;" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_AOaI-MZr6Vs/StjLwgaRGZI/AAAAAAAABOI/ZjLBlNR6yMM/s400/ORLANDO+MAZEYRA.jpg" border="0" /></a><br /><div align="justify">Cascahuesos Editores se complace en anunciar la publicación de <strong style="font-style: italic;">La prosperidad reclusa</strong> del escritor Orlando Mazeyra Guillén. Se trata de un libro de relatos intensos y a la vez frescos que en palabras del gran escritor Jorge Eduardo Benavides, “nos ofrecen personajes descarnados, irremediable e inútilmente insumisos respecto a una realidad de la que no pueden escapar: verdaderos outsiders del siglo XXI. Con un estilo seco, de frases intensas y composiciones vibrantes, el fresco cotidiano que nos presentan los cuentos reunidos en <em>La prosperidad reclusa</em>, anuncian un nuevo autor a tener en cuenta en las letras peruanas”.<br /><br /><a href="http://orlandomazeyra.blogspot.com/">Mazeyra Guillén</a> es un talentosísimo escritor aparecido en estos últimos años. Nació en Arequipa en 1980 y estudió en la Universidad Católica de Santa María. Ha publicado <em>URGENTE: Necesito un retazo de felicidad</em> (2007) y, además, tiene algunas distinciones como el Primer Premio Nacional Universitario NICANOR DE LA FUENTE organizado por la Universidad Pedro Ruiz Gallo de Lambayeque por su relato <em>Todo comenzó en la Universidad</em> en el 2003 (cuyo jurado estuvo conformado por Oswaldo Reynoso y Óscar Colchado); asimismo, su narración <em>Ella siempre está</em>, forma parte de la Selección Internacional del XIII Premio CARMEN BÁEZ (2006) de Morelia, México.<br /><br />Además es colaborador esporádico de diarios impresos como El Pueblo, el semanario Vista Previa y el suplemento Enigmas del diario Noticias de Arequipa, las revistas virtuales de literatura CIBERAYLLU, Cervantes Virtual (Alicante), El Hablador (Lima), Letralia (Venezuela), Hermano Cerdo (México), Destiempos y el Proyecto Patrimonio de Santiago de Chile. También, varios de sus mejores relatos han sido seleccionados en el Proyecto SHEREZADE de la Universidad de Manitoba (Canadá) además del PROYECTO QUIPU que promueve el crítico peruano Gustavo Faverón y en la bitácora GAMBITO DE PEÓN del escritor Ricardo Sumalavia; y, recientemente, fue admitido en la maestría para escritores de la Universidad de Texas (UTEP) de Estados Unidos.<br /><br />Finalmente, cabe anunciar que con este libro, Cascahuesos Editores inicia su serie de narrativa “<span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Los juegos verdaderos</span>” en homenaje al gran escritor arequipeño recientemente desaparecido: Edmundo de los Ríos, además de iniciar la promoción de nuevos y talentosos narradores de la periferia del país.</div>Orlando Mazeyra Guillénhttp://www.blogger.com/profile/04555962925876557456noreply@blogger.com0