miércoles, 20 de octubre de 2010

Reclusos y Marginales


Los cuentos reunidos por Orlando Mazeyra (Arequipa, 1980) en su libro La prosperidad reclusa (Cascahuesos Editores, 2010) se desarrollan en los ámbitos urbanos más extraños: manicomios, cárceles, prostíbulos, claustros de conventos. Y en ellos encontramos a personajes marginales (“los verdaderos outsiders del siglo XXI” los ha llamado el escritor Jorge E. Benavides) viviendo las aventuras más insólitas, incluyendo a un coleccionista de perchas de hotel desesperadamente enamorado de su propia hermana.

Así, atisbando en las grietas de una sociedad no muy moderna (que se identifica reiteradamente con la de la ciudad de Arequipa) Mazeyra encuentra, en estos 23 relatos, abundante material sobre lo absurdo y sombrío de la existencia humana.

Y lo expresa en un lenguaje bien trabajado, en el que se hace evidente la exploración de diversos registros, desde el coloquial hasta el (algunas veces recargadamente) libresco. Esa diversidad se puede comprobar hasta en los autores citados: Calamaro, Fito Páez, Bukowski, Goethe y Coetzee.

Cuando todos esos elementos logran integrarse, Mazeyra nos estrega buenos cuentos, como en los casos de “El faquir y la equilibrista” y “Tras la puerta”. Pero algunos relatos se pierden en la búsqueda del efectismo a través de lo sórdido, lo insólito, lo retorcido y, en los casos de textos protagonizados por escritores (algunos por el propio autor), del malditismo. De todas maneras, La prosperidad reclusa, segundo libro de Mazeyra, confirma a este narrador como un autor de interés.Se pueden leer otros comentarios en el blog del libro.


Javier Ágreda
Diario
La República.
Lima, 21 de junio de 2010

lunes, 21 de junio de 2010

Los cuentos de Orlando Mazeyra Guillén

Por Camilo Fernández Cozman (*)

El cuento gana por knock-out; la novela, por puntos. Aquel recuerda la perfección estilística de un poema; esta permite un mayor desarrollo de la sutil trama narrativa. Que este breve introito nos permita comentar un buen libro de relatos: me refiero a La prosperidad reclusa (Arequipa, Cascahuesos Editores, 2009) de Orlando Mazeyra Guillén (Arequipa, 1980), quien ya había publicado Urgente: necesito un retazo de felicidad (2007). El escritor arequipeño intenta aproximarse al relato corto. Por ejemplo, «Vacíos» tiene solo dos párrafos y explora la analogía barroca de teatro y vida. Esta última es concebida como un escenario teatral que desemboca en el exceso y el delirio. En «Tras la puerta» (uno de los textos más notables), el narrador-personaje explora el tema de la locura en una atmósfera familiar donde anida la falta de comunicación y triunfa el prejuicio: hay temas vetados como la esquizofrenia. En «La dulce espera» se explora el carácter heterogéneo del yo: Todos eran yo. Todos eran un poco de mí, una partícula de mis entrañas (p. 15); se trata de una meditación sobre la escritura que nos recuerda el “Yo es otro” de Arthur Rimbaud. En «El faquir y la equilibrista» se relata una anécdota impregnada de erotismo que conduce a una extraña costumbre andaluza: el protagonista pone clavos, diariamente, en su recámara por las noches para espantar a la muerte (p. 39).

Quisiera destacar dos aspectos en los cuentos de Mazeyra: la caracterización psicológica de los personajes y el manejo de la trama narrativa. El autor arequipeño sabe delinear los contornos de la personalidad de los protagonistas de cada historia; además, hace que el lector mantenga el interés por el desarrollo de los sucesos. Mención especial merece la musicalidad de la prosa que evidencia un trabajo de relojería con el lenguaje. En fin, un libro que merece ser leído con atención y que augura un estilo personal en el concierto de la narrativa peruana contemporánea.

(*) Miembro de número de la Academia Peruana de la lengua. Esta reseña ha sido tomada del blog La soledad de la página en blanco de CFC.

lunes, 5 de abril de 2010

Narrativa arequipeña: "La prosperidad reclusa" de Orlando Mazeyra

"La prosperidad reclusa de Orlando Mazeyra". Artículo, Diario Noticias 5 Abril de 2010.
La narrativa arequipeña no tuvo una tradición literaria como la poesía, sin embargo, la pluma de los narradores no se deja esperar, en estas últimas décadas surgieron libros notables que merecen destacar. Entre ellos, los libros de Orlando Mazeyra Guillén, quien en su corto periplo literario ha sabido cultivar, a través de las letras, un prestigio literario a nivel nacional en poco tiempo.

AB INITIO

Mazeyra Guillén, dedicado a la narrativa a tiempo completo, concibe historias que retratan el espíritu juvenil de la delicada y compleja época que nos toca vivir, los problemas de anorexia, escarceos femeninos, infidelidades, descubrimiento sexual, rasgos obsesivos, depresiones sociales, angustias existenciales, la escritura, donde el alcohol y las drogas son estímulos pasajeros de temer.

Orlando Mazeyra nos presenta un desafío en la nueva narrativa hispanoamericana, su marcado y crudo naturalismo con que presenta sus relatos nos ponen al frente de una realidad marcada por los problemas actuales que conocemos, pero preferimos no ver o vemos y preferimos desconocer. Aunque algunos relatos juegan con el buen juicio del incauto lector resulta necesario abrir nuestra mente para socavar el fondo del asunto propuesto.

CÁLAMO CURRENTE

De cronista deportivo con vitalidad increíble, Mazeyra se encontró con La casa verde de Vargas Llosa, El extranjero de Camus y El túnel de Sábato que cambiaron su vida, su trajín universitario lo envolvió a la literatura como “una forma virtual de alterar el mundo real tanto como el autor y tú (tus tabúes, tus pudores, tus insatisfacciones) lo permitan”.

Por otro lado, la imagen del abuelo, un destacado maestro y docente universitario que, sobre todo, en sus años juveniles quiso plasmar, en sus muchos cuadernos de apuntes, historias en base a sus múltiples lecturas (historia, poesía, filosofía, medicina, zoología, religión, etcétera). El abuelo fue un lector omnívoro e interesado por muchas ramas. Aún Orlando conserva el borrador de un inacabado libro de relatos con un título precioso: Al caer de las tardes. Se presume que, al caer de las tardes, el abuelo garrapateaba con anotaciones ese cuadernos y, de esta forma, procuraba ser un escritor que, si bien no publicó ninguna obra de ficción, escribió artículos e investigaciones en diversos medios periodísticos de la ciudad.

MAZEYRA, EL ESCRITOR

Orlando Mazeyra Guillén (Arequipa, 1980) estudió en el Colegio De La Salle y en la Universidad Católica Santa María, en el 2007 publica su primer libro de relatos “Urgente: Necesito un retazo de felicidad (Bizarro Ediciones, Lima)”. Con “Todo comenzó en la Universidad” ganó el Primer Premio Nacional Universitario Nicanor de la Fuente (2003), organizado por la Universidad Pedro Ruiz Gallo de Lambayeque. Sus cuentos han sido premiados en Morelia, México; en el Primer Certamen Literario Axolotl de Buenos Aires, Argentina. Ha publicado en diversos diarios impresos y revistas literarias virtuales a nivel nacional e internacional. Varios de sus relatos han sido seleccionados por el Proyecto Sherezade (Canadá). Otras de sus producciones aparecen el Proyecto Quipu que promueve el crítico Gustavo Faverón y en la bitácora Gambito de Peón del escritor Ricardo Sumalavia. Su segundo libro, “La prosperidad reclusa”, apareció a finales del año 2009.

sábado, 27 de febrero de 2010

«GOLPIZA ILUMINADORA», reseña en Caretas



Bajo el título «Golpiza iluminadora: cuentos de Mazeyra reunidos como un obligado ajuste de cuentas», aparece en la edición 2118 de la revista Caretas, una reseña de José Donayre Hoefken sobre La prosperidad reclusa.

«Parece que cualquier perversión o subversión fuera magnífica plastilina en manos de Mazeyra para diseñar personajes y someterlos a situaciones poco felices».

Para leer la reseña completa hacer clic sobre la imagen.

lunes, 15 de febrero de 2010

Atrapados en la noche


Esquizofrénicos, obsesivos, perdedores y desadaptados de toda clase son los personajes que pueblan las prosas y relatos de La prosperidad reclusa, rotundo libro del joven escritor peruano (arequipeño, para más señas) Orlando Mazeyra Guillén. Nacido en 1980, Mazeyra viene ganando premios desde hace varios años gracias a sus relatos enardecidos y precisos, muchos de ellos editados por revistas y publicaciones de universidades de distintos países latinoamericanos. En La prosperidad reclusa hallamos varios de ellos, quizá las mejores narraciones de este escritor, en que las neurosis cotidianas se convierten en el motor de una existencia que lucha por sobreponerse a un destino oscuro, siempre fracasando en el intento. Guiado por un lenguaje que refleja una necesidad urgente de expresión, Mazeyra asoma como una de las mayores promesas de la narrativa local (Francisco Melgar Wong, diario El Comercio, lunes 15 de febrero de 2010).

http://elcomercio.pe/impresa/notas/libro-hierba/20100215/414886

sábado, 30 de enero de 2010

En el diario La República

El jueves 28 de enero apareció en el diario La República una breve nota que invita a los lectores a comprar mi libro:

Está en circulación La prosperidad reclusa, del joven escritor Orlando Mazeyra Guillén, publicación que llega a la ciudad de Arequipa precedida de comentarios de importantes escritores y periodistas nacionales. “Me parece que Tras la puerta revela un muy prometedor futuro literario”, manifestó en su momento el periodista César Hildebrandt. La edición está a cargo de Cascahuesos Editores. Libro a la venta en la Librería Aquelarre, calle San José.

sábado, 9 de enero de 2010

"El relato, más que llenar un vacío, lo crea"


El narrador arequipeño Orlando Mazeyra (Arequipa, 1980) despidió el 2009 con un sorprendente conjunto de relatos: La prosperidad reclusa. Este libro ha merecido importantes comentarios de escritores y periodistas peruanos. Para Jorge Coaguila la interrogante es “… ¿qué une a las personas que dan vida a estos textos, además de su imborrable frustración?”. Esta, me parece, es la clave para desentrañar la estética narrativa que nos propone el autor.

La clave en este libro son los personajes, todos poseen una aureola de intensidad y extrañamiento por el mundo perdido o el mundo que les espera. El primer cuento “Vacíos”, es un microrrelato que juega a la voz de un trazo de lo que se viene “Algún día encontraría la fachada del maldito teatro. El teatro de mi vida. Donde perdí la cordura poco a poco…, mientras las boleterías se iban quedando vacías”. Este primer cuento, como los demás, propone que la narración sea completada por el lector, el relato, más que llenar un vacío, lo crea. Asistimos entonces al momento especial de la construcción de la creación.

“La dulce espera” involucra el conflicto de la escritura y la creación “…Después de diez libros mediocres (tres volúmenes de cuentos y siete novelas fallidas), sigo sin poder gestar un alma femenina que convenza a mi editora. Mi madre todavía no está muerta y yo tendría que morir también para ser capaz de contar nuestra historia”.

Para el periodista César Hildebrandt el cuento “Tras la puerta” revela un prometedor futuro literario. La voz de un esquizofrénico arma su propio drama, la desadaptación e incomprensión familiar y la búsqueda de respuestas y el desasosiego a través de la escritura. La creación literaria, entonces, va ligada a lo marginal, a ese vacío que no puede llenar solo el escritor o el esquizofrénico, ni tampoco los lectores.

Los valores de La prosperidad reclusa son la experimentación positiva en el tratamiento del lenguaje y las situaciones de conflicto, así como también la configuración en las posibilidades de los personajes. Invitamos al público a la lectura de este prometedor libro.

Publicado en el blog
Literatura y Cultura

del escritor Henry Rivas